viernes, 14 de marzo de 2008

Así pasaron los días y las horas, sin encontrar refugio en las miradas de papel que lo envolvían.

-¿Si tocara tu boca seria un pez?

- .(ella guardo silencio)

-¿Si enciendo la luz te irás a alguna parte?


- .(ella guardo silencio)



Cuando la luna se apagaba para dar paso a la nada, ella me miraba en el trayecto oscuro de nuestros días, como si fuera yo un laberinto mágico de estrellas incapaz de llegar mas allá de un simple rostro. A veces era plana y fuerza otras era fría y distante, pero siempre volvía a ser la misma, un torrencial sonido sincronizado a mi pecho, un demencial que me acercaba cada vez mas a ella. Lo era todo, nunca importo el precio o la resaca, solo era ella y yo, en las nubes, haciendo todo para que la luna no dejara de girar. Eramos como dos enamorados en un encuentro casual y sin mayor importancia que el sentir, tomando dosis mayores que nos hicieran llegar al mismo sitio. En ocasiones me miraba con una mueca burlona dibujada en su rostro de espuma, mientras mis dedos eléctricos jugaban al pirata con su lengua de acero luminoso.

Su dulce voz por mementos desaparecía. Tenia algo que decirme, pero nunca completo aquella frase antes de que yo tuviera que volver.
Creí que jamas encontraría el camino de regreso a ella. ¿Pero era eso lo que deseaba? ¿en verdad quería adentrarme en el ultramar? aun estando ahí no tenia le certeza de encontrarla.

sin embargo saco del bolsillo una cuchara, un filtro de cigarro, polvo, un encendedor y una jeringa.

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